Egipto inició un nuevo período de prosperidad bajo la XVIII dinastía.
En ese momento hubo una gran cantidad de comercio con el Asia occidental, incluso también hubo actividad en los ejércitos de Egipto que conquistaron gran parte de Israel y Siria, a pesar de la constante lucha contra los hititas y los asirios para mantener el control del mismo.
Egipto también ha sido un área de importancia estratégica por su posición como unión de África y Oriente Medio. Se convirtió en un valor especial después de la construcción del Canal de Suez en 1869. El Canal de Suez es estratégicamente vital, ya que proporciona un acceso directo a los buques que operan entre ambos puertos europeos y americanos y puertos situados en el sur de Asia, África Oriental y Oceanía.
Gran Bretaña ejerció notable influencia sobre Egipto. Debido a su posición establecida, Egipto no se incluyó en las negociaciones durante la guerra secreta y los británicos utilizaban el país como base de operaciones a través de la Primera Guerra Mundial.
Después de la guerra, Egipto protestó contra los británicos que estaban presentes en el país. Egipto fue dirigido por el rey Fuad I, que fue sucedido por Faruk I en 1936. Al igual que Fuad, Faruk estaba a favor de los británicos y firmó un tratado para crear una alianza que asegurase los intereses de Gran Bretaña en el Canal de Suez. Egipto se convirtió posteriormente en la principal base británica en el Medio Oriente durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante esta época, se construyeron grandes templos en todo Egipto. Las reinas egipcias eran muy poderosas en ese momento hacia el año 1490 a.C.; Tanto que una de ellas, la reina Hatshepsut, se convirtió en faraona a sí misma.
En 1363 un famoso faraón llamado Akhenateny comienza a venerar a un nuevo dios Sol, y desarrolla con él nuevos estilos de arte.
Los sacerdotes también llegaron a ser muy poderosos ya que se dedicaba mucho tiempo al culto espiritual y durante éste periodo también fue un importante momento para la fabricación y el comercio del vidrio.