Otros destinos de Egipto

Valle de las Reinas en Egipto

Abú Simbel: se encuentra situado a las orillas del Nilo, en la baja Nubia.
Dos son los  templos  mas impresionantes: el de Ramses II y el de Nefertari.

Valle de las Reinas: Un buen numero de valles situados al  sur, destinaron construcciones a miembros de las familias reales.
A diferencia del  valle de los reyes, el valle de las reinas tenia un acceso facil.
Además de reinas también hay muchos principes como en el caso de Ramses III.
Estas tumbas contienen un rico programa iconográfico que aborda el recorrido de la reina al mas allá.

Valle de los Reyes: Casi todos los faraones del imperio nuevo están enterrados en el valle de los reyes.
A pesar de su dificultad para acceder, todas las tumbas del valle de los reyes, fueron saqueadas por  ladrones, excepto la de Tutankamon, que  fue descubierta intacta en 1922 por Howard Carter.

Alejandria: Ciudad fundada por Alejandro Magno y convertida en capital del Egipto ptolemaico.
Fue la mayor de todas las ciudades mediterráneas hasta el nacimiento de la Roma imperial.

Colosos funerarios: Son el templo de Amenhotep III, el más grande de todos los templos y probablemente el más suntuoso, aunque actualmente casi ha desaparecido del todo.
No estaba emplazado en el desierto, sino en una tierra fértil. Su constructor fue Amenhotep, hijo de hapu.

El estado de este templo se debe a varios factores entre ellos su ubicación y los materiales empleados. Su situación, en la llanura que el Nilo inundaba anualmente, hizo que se disgregase paulatinamente el ladrillo crudo que se había empleado en la construcción. Del resto del edificio se ha identificado sólo la sala hipóstila y se sabe también que, además del templo principal, en el interior del recinto sagrado había jardines, estanques y un templo dedicado al dios funerario de la región menfita.

Tell el-Amarna la antigua Akhetatón: Es una de las poquísimas ciudades egipcias que ha sido posible excabar en una amplia extensión. Su trazo y arquitectura se conoce porque el sitio fue abandonado unos quince años después de su fundación.

En el cuarto año de su reinado, Akenatón eligió Tell el-Amarna, para construir una nueva capital. He hizo erigir grandes estelas para marcar los límites de la ciudad.